Llegó marzo y para mi era un nuevo comienzo ya que en ese mes inician las clases en mi país, Panamá, y tengo tres niñas pequeñas (de 4, 6 y 9 años). Estaba emocionada porque soy apasionada por mi trabajo y sentía que al iniciar la escuela podía dedicarle más tiempo a mi empresa y a mis clientes. Tenía varios proyectos para el 2020 y lo visualizaba como un “gran año”.
Pasó una semana y todo cambió. De la noche a la mañana llegó el Covid y el resto es historia. Los primeros días fueron chocantes pero a la vez entretenidos; buscando ideas para enseñar en casa, recetas y libros de colorear; pero cuando vi que el tiempo de cuarentena se alargaba, al principio sentí frustración por mis planes y luego de trabajar interiormente entendí que debía adaptarme a esta nueva etapa de vida, como me gusta llamarla, en lugar de nueva normalidad.
La veo como una etapa, como una estación del año que viene y luego pasa, así como no importa lo largo que sea el invierno, la primavera siempre llega. También de esta estación pasará y podremos florecer a pesar de estos tiempos grises y difíciles.
Hoy tengo más de 120 días en confinamiento y he tenido días buenos y otros malos. Me he enfrentado a los retos que quizás también estás pasando en esta temporada:
• Desajuste en la parte emocional por lo que estamos viviendo
• Las historias mentales que me cuento y los miedos por la pandemia
• El estrés por ser maestra en casa y todo lo que involucra
• Reducción en mis ingresos, dedicarle al inicio más tiempo a la escuela de mis hijas y trabar si acaso una vez por semana
• Menos tiempo y espacio para mí y tener acompañantes hasta cuando quiero ir al baño
Aún me siento en medio del invierno, pero también comprendí que como parece alargarse todavía más, debía buscar nuevas actividades para fortalecerme y seguir teniendo dentro de lo posible, una vida normal. Ahora que sé que la escuela será todo el año desde casa, estoy trabajando en estrategias que me permitan reinventarme para: tener más tiempo, espacio personal y seguir trabajando en mi propósito.
Lo que me ha ayudado a enfrentar los retos en este invierno han sido:
• Orar y agradecer a Dios por la salud y todas las bendiciones
• Definir metas sencillas y con propósito a 90 días
• Seguir trabajando en mis sueños, aunque avance poco y recordarme dejar atrás el perfeccionismo
• Comenzar un mastermind semanal con otras empresarias
• Buscar apoyo de profesionales en la parte de crianza para sobrellevar a tres niñas que tienen cuatro meses sin salir de un apartamento en medio de la ciudad y están llena de tareas
• Hacer Zoom con amigas para hablar y tomar vino
• Alejarme de ver muchas noticias y evitar mensajes o personas que me contagien el pánico
Además me ha funcionado: VIVIR EL HOY Y BUSCAR SOLUCIONES, UN DÍA A LA VEZ. Porque mañana puedo sentirme diferente, o todo puede volver a cambiar.
Y tú, ¿Cómo quieres seguir viviendo esta temporada que no parece acabar mañana?
Disfrutemos al máximo la vida, que está llena de sorpresas y si estamos vivas sigamos reinventándonos día a día, principalmente en tiempos de pandemia.