Reconocida como Mujer de Éxito en el libro “Sin miedo al éxito” El legado de las empresarias en México

María del Rosario Garzón Zúñiga, mejor conocida como Chayito Garzón, creció bajo el sol de Mazatlán, Sinaloa, y desde pequeña demostró su talento innato para la danza.
Desde sus primeros años, descubrió dos grandes pasiones: el arte del baile y la enseñanza. Su excelencia como estudiante la llevó a ser una excelente y destacada maestra. Sin embargo, llegar a dirigir dos instituciones educativas la Escuela Superior de Bellas Artes “Chayito Garzón” (ESBA) en Mazatlán y el Instituto de Ciencias y Artes (ITCA) en Tepic, Nayarit, no fue tarea sencilla.
Su madre le permitió formarse en danza con la condición de que también estudiara otra carrera, por lo que obtuvo el título en Ciencias Sociales antes de especializarse en Danza Regional Mexicana. Durante su juventud, se casó y junto con su esposo viajó a Aguascalientes para especializarse en investigación folclórica en la Casa de la Cultura, bajo la tutela del maestro César Delgado Martínez. Al mismo tiempo, continuó su formación en disciplinas como ballet clásico, gimnasia rítmica y flamenco. Su vocación docente comenzó a dar frutos, uno de sus primeros trabajos fue como maestra de danza folclórica en la Casa Hogar Municipal de Mazatlán.
En la década de los ochenta, fundó el Ballet Folclórico de Chayito Garzón, el cual dirigió por 15 años. Este grupo artístico tuvo presencia en diversos escenarios culturales de Mazatlán, incluyendo el Hotel Playa Mazatlán y el Hotel El Cid. Gracias a su maestra Socorro Sánchez Vázquez, Chayito y su grupo participaron en eventos como “México, Magia y Encuentro” y el icónico programa “Siempre en Domingo”, llevando la cultura sinaloense a nuevas audiencias. Estos fueron los primeros pasos de Chayito como empresaria, pues además de dirigir y promover su ballet, generó empleo para talentosos artistas y bailarines.
Años más tarde, dio vida a la Escuela Superior de Bellas Artes “Chayito Garzón”, una institución que con el tiempo diversificó su oferta académica, incluyendo bachillerato, licenciaturas en educación artística, arquitectura y nutrición humana, así como diversos posgrados. Su calidad educativa ha sido reconocida con el Grand Prix América en Calidad y Servicio Educativo y es parte de la Asociación Mexicana de Miembros de Facultades y Escuelas de Nutrición A.C. Además, cuenta con un convenio con la Universidad de La Habana. Con el respaldo de su familia, Chayito ha consolidado este proyecto educativo que ha impactado a varias generaciones.
“Una empresa es como una familia más; la familia es el eje que dirige mi vida”.
Su vocación empresarial ha sido fortalecida por el apoyo de sus hijos, Jorge Luis y Linda Carolina. Jorge Luis, ingeniero industrial y de sistemas, funge como encargado de relaciones públicas de la ESBA, mientras que Linda Carolina, psicopedagoga y docente en diversas instituciones, contribuye activamente cuando su agenda se lo permite.
“¿Quién dice que ser madre es un obstáculo para ser una empresaria exitosa? Yo digo que de ninguna manera”, Chayito.

Para ella, la sororidad es un pilar dentro de su empresa:”En nuestro equipo hemos logrado construir un ambiente de colaboración genuina. Mis compañeras y yo nos apoyamos en todas las tareas que el negocio requiere”.
La sensibilidad de Chayito se percibe no solo en su forma de expresarse y moverse con la elegancia de una artista, sino en su énfasis y en la inteligencia emocional dentro de la educación. En su trayectoria, ha visto egresar al menos 25 generaciones de jóvenes, a quienes ha inculcado valores fundamentales.
Pensando en el futuro de su escuela, Chayito planea expandir su oferta académica a nivel internacional y hacer más flexible el proceso pedagógico. Además, busca fomentar la inclusión total dentro de su comunidad estudiantil, promoviendo un ambiente libre de discriminación de cualquier tipo.
El éxito del Sexto Congreso Nacional de Educación, Salud y Arte, con una asistencia sin precedentes, refleja el arduo trabajo en equipo que ha convertido a ESBA e ITCA en referentes educativos del noroeste de México.
Liderar su institución durante la pandemia fue uno de los desafíos más grandes de su carrera. Con el compromiso de no despedir a ningún empleado, ella y su equipo implementaron estrategias como descuentos, convenios y planes de pago flexibles para los alumnos. La transición a clases en línea fue acelerada, pero el esfuerzo valió la pena.
Otro de los grandes logros en la vida de Chayito ha sido su participación en la Asociación Mexicana de Mujeres Empresarias (AMEXME), donde actualmente es segunda vicepresidenta nacional y socia fundadora del capítulo Mazatlán. Para ella, formar parte de esta red de empresarias ha sido una experiencia enriquecedora.
En 2018, su dedicación y trayectoria fue reconocida con la Medalla al Mérito Empresarial, un galardón que reafirmó su convicción de que, cuando algo te apasiona, siempre encontrarás el tiempo para hacerlo realidad. Además de representar un reconocimiento a su trabajo, esta distinción le dejó un gran aprendizaje y la satisfacción de haber construido lazos de amistad con las asociadas.
Además su trayecotia y pasión han hecho de Chayito ser una de las mujeres más destacadas y ejemplares en el ámbito empresarial. Su legado y trayectoria fueron publicados y reconocidos de manera especial en el libro histórico de AMEXME, un testimonio que resalta su valiosa participación y el impacto que ha tenido en el crecimiento y fortalecimiento de las mujeres empresarias a lo largo de los años.