Diana Gabriela León

Diana Gabriela León

Trabajando por un bien común

Cuando las cosas cambian y se transforman repentinamente, el adaptarse de manera rápida y efectiva se vuelve imprescindible. La nueva normalidad que estamos enfrentando en todo el mundo ha generado una gran incertidumbre a nivel empresarial, llevado a muchas compañías a tener que reinventarse encontrando no solo nuevas maneras de venta, sino también de trabajo y administración. Y lo más recomendable en estos casos es no gastar toda la energía buscando respuestas afuera, donde todo se está moviendo. Es imprescindible iniciar desde adentro, apoyándose en los recursos humanos para establecer nuevas formas de trabajar que permitan reactivar a la empresa.

Es así como algunas metodologías están cobrando una relevancia muy importante. En esta ocasión hablaremos de la Gestión o Administración por Objetivos, mejor conocida por sus siglas APO.

La APO es una estrategia empresarial que consiste en motivar a los empleados fijando objetivos prácticos y alcanzables, ofreciendo recompensas cuando sean cumplidos. Este modelo administrativo no solo busca llegar a un objetivo final, sino que determina pequeñas metas para ir logrando resultados rápidos y eficaces. Es un método práctico a través del cuál la empresa se vuelve más efectiva ya que permite ir midiendo los logros alcanzados.
El término «administración por objetivos» fue acuñado por Peter Drucker en 1954. Era la época en la que la empresa privada en Estados Unidos sufría una fuerte presión debido a la depresión económica que siguió a la crisis de 1929. En su libro The Practice of Management, Drucker afirma que la cotidianidad lleva muchas veces a olvidar cuáles son los objetivos principales de las organizaciones disminuyendo con esto su productividad.
Uno de los conceptos básicos de esta estrategia establece que los responsables en los diferentes departamentos de la organización deben participar en el establecimiento de metas a la vez que involucran al personal a su cargo. Se ha demostrado que al establecer metas en conjunto los objetivos se cumplen con mayor eficacia.

Es decir, se trata de un sistema de planeación que traza los caminos y cómo recorrerlos, para que cada persona en la organización cumpla con sus objetivos, que en conjunto permitirán el cumplimiento de las metas propuestas.
De tal manera, y para hacer más práctico este sistema de gestión, surgió otro concepto: SMART. Se trata de un acrónimo que además de su significado – inteligente – es conformado por siglas de palabras que nos recuerdan las características inherentes de un objetivo.

Specific (específico)
Measurable (medible)
Achievable (alcanzable)
Result-oriented (orientado a resultados)
Time-limited (fecha límite de ejecución)

Así bien, fijando objetivos SMART se garantiza que todos los colaboradores se comprometan y realmente ofrezcan los resultados esperados.

¿Cómo lograr que una APO sea un estímulo y no un motivo de frustración?

1.- Es imprescindible que exista absoluta transparencia en la manera en que van a calcularse los resultados obtenidos. Es decir, nada debe quedar en la ambigüedad. No solamente debe ser específico el objetivo, también el proceso para llegar a este.
2.- Fijar objetivos reales y no sueños o deseos. Es decir, basarse en análisis reales para definir qué se puede y se debe lograr en un determinado periodo de tiempo.
3.- Responsabilizar al empleado sin importar su nivel para que se sienta parte importante de la empresa y de los resultados.
4.- Crear un canal de comunicación adecuado para mantener una retroalimentación constante entre Líderes-Personal-Líderes.
5.- Evaluar individualmente el desempeño y desarrollo de cada empleado para que este vaya teniendo conocimiento de sus resultados.
6.- Ofrecer motivaciones atractivas como lo pueden ser bonos económicos, capacitaciones o vacaciones extras.

La gestión por objetivos ofrece grandes ventajas:

– Al crear un buen canal de comunicación se mejora la relación entre directivos y subordinados, permitiendo que todos los empleados aporten ideas para el desarrollo de estrategias que permitan alcanzar los objetivos.
– La retroalimentación permite que se descubran deficiencias de manera más efectiva, reconociendo contratiempos y cambiando estrategias de ser necesario.
– En tanto los empleados son tomados en cuenta y se vuelven consientes de la importancia de su trabajo, la productividad aumenta al generar altos niveles de compromiso en el desempeño individual, lo que al final del camino reduce costos de operación.
– La evaluación constante permite conocer el desempeño profesional de los colaboradores, logrando con ello que cada uno asuma su responsabilidad o dándonos cuenta cuando no lo están haciendo.
– Al propiciar la integración de todos los empleados, el trabajo en equipo mejora considerablemente.
Hoy más que nunca es importante tener muy clara la Misión y la Visión de nuestras empresas, adaptándolas a los nuevos tiempos. En base a estas se fijan los objetivos generales y desde ahí, como en cascada, los objetivos de los diferentes departamentos y de cada uno de los colaboradores.

¿Cuáles son algunas razones que impiden que este sistema funcione?

– No fijar objetivos y metas con toda claridad
– No tener un método de evaluación justo y objetivo
– Que no se cuente con la dedicación y esfuerzo de todas las partes involucradas
-Tener un sistema de liderazgo autoritario y centralizado
– No tener un sistema de comunicación efectivo

Los nuevos tiempos están obligando a la adaptación, a encontrar nuevas soluciones, a escuchar otras opiniones. Hoy más que nunca es importante trabajar en equipo, en uno motivado y que ofrezca todo su esfuerzo por un bien común, como lo es mantener fuentes de empleo que garantizan la productividad de las empresas.

Por Diana Gabriela León

La inteligencia competitiva es la aplicación de técnicas de análisis e interpretación para conocer la oferta del sector, la estrategia comercial de la competencia, las preferencias de los clientes, a nuestros proveedores y al mercado; un método que nos permite reaccionar a tiempo ante imprevistos y para anticiparnos a las tendencias.
Al vigilar a nuestros competidores podemos evitar sus errores, mejorar sus aciertos y superar los resultados.
La Sociedad de Profesionales de Inteligencia Competitiva (SCIP) la definen como un “proceso ético y sistemático de recolección, análisis y diseminación pertinente, precisa, específica, oportuna, predecible y activa, acerca del ambiente de negocios, de los competidores y de la propia organización”.
Es decir, la inteligencia competitiva nos permite:
1.- Anticiparnos a lo que va a suceder.
Por ejemplo, un especialista en IC podría anticipar lo que sucedería en materia económica a causa del COVID 19 ayudando a las empresas a tomar decisiones oportunas. No es que sean magos, simplemente hay que saber reconocer las señales al observar lo que está sucediendo en otros lugares.

2.- Innovar
Si se observa con detenimiento lo que está sucediendo a nuestro alrededor podemos ganar ventaja creando mejores productos o un modelo de negocio más acorde a los tiempos por venir.

3.- Reducir riesgos
Las inversiones podrán hacerse de manera más confiable, sin arriesgar en un producto, servicio, compra de maquinaria, etcétera, que no va a ser de utilidad por los cambios en el mercado.
4.- Tomar mejores decisiones
Al final del día este es el punto más importante si se lleva a cabo un método correcto de inteligencia competitiva.
¿Cómo aplicar la Inteligencia Competitiva?
La información es poder. Si logramos obtenerla y aprovecharla tendremos inmensa ventaja sobre nuestros competidores. Para obtenerla:
• Debemos actuar como detectives.
• Estar siempre buscando información sobre el sector de nuestro interés.
• Capacitar al personal para que siempre esté atento a lo que sucede en el entorno.
• Las personas encargadas de compras que observen, platiquen y analicen lo que hacen los proveedores.
• Los de ventas que escuchen con atención qué dicen y cómo se comportan los clientes. Y así con los diferentes puestos de trabajo.
Si la empresa es pequeña, tal vez una sola persona lleva a cabo todo el proceso. Esto puede ser más fácil para analizar los resultados. Si intervienen más personas es importante crear un método que permita que la información llegue de manera correcta y oportuna a quienes son los encargados de tomar decisiones. En casos de empresas más grandes es necesario designar personal especializado para esta función.

Existen muchos procesos metodológicos que vale la pena estudiar para encontrar aquél que más nos convenga para poder realizar un análisis eficiente, verídico, actualizado y oportuno para evitar, por un lado, la sobre saturación de información y por otro, reconocer cuando los datos provienen de fuentes no confiables.
Además existe un sinfín de herramientas tecnológicas que pueden ser de gran utilidad. No hay que dejar de utilizarlas. Unas son de pago y otras gratuitas. Entre estas se encuentran:
1.- Alexa
Proporciona datos de tráfico, clasificaciones globales e información en 30 millones de sitios web.
2.- Google Alerts
Un servicio de alertas personalizado que puede ayudar, entre otras cosas, a saber cuándo y cuántas veces es mencionada la competencia.
3.- BuzzSumo
Puede servir para conocer lo que los competidores están haciendo en redes sociales y descubrir qué cosas funcionan para ellos y qué cosas no.
4.- Prisync
Esta plataforma es principalmente útil si se tiene una tienda online, ya que puede ayudar a comparar los propios precios con los de la competencia.
Inteligencia Competitiva vs Espionaje
Aun cuando “vigilar” y “espiar” son sinónimos, en la práctica la vigilancia se asocia más con la observación, con enfocar el detalle mientras que el espionaje es asociado con acechar secretamente.
Bajo ninguna circunstancia la Inteligencia Competitiva puede compararse con el espionaje industrial.
La Inteligencia Competitiva solo obtiene información de manera legal; aquellos datos que son públicos, a los que cualquiera tiene acceso, y que simplemente son buscados y analizados de manera estratégica para usarlos a favor de nuestra empresa. Es una práctica lícita que ayuda a predecir qué está haciendo la competencia.
En tanto el espionaje se basa en la obtención de información a través de métodos ilegales provocando pérdidas en muchos casos incalculables a la empresa afectada por el robo de datos. Se puede dar a través de ciberataques, soborno a empleados o robo de altos ejecutivos.
Existen una enorme cantidad de ejemplos de espionaje industrial que han provocado hasta la quiebra de aquellas empresas que han sido vulneradas.
La inteligencia competitiva no debe usarse como un arma contra la competencia. Esto solo nos llevaría a actuar de manera reactiva y no proactiva. Toda búsqueda de información debe de ir de la mano con nuestros valores, tanto personales como empresariales. Debe actuar bajo un estricto código de ética para que en la búsqueda de información no dañemos a terceros utilizando prácticas desleales como el robo de datos.
Recuadro: La IC es una práctica de gran utilidad. No se lleva a cabo una sola vez. Es una práctica constante que, de realizarse de manera correcta, nos permitirá ir siempre un paso adelante teniendo como resultado crecimiento sostenido y competitividad perdurable.

Colaboradora: Diana Gabriela León

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