Trabajando por un bien común
Cuando las cosas cambian y se transforman repentinamente, el adaptarse de manera rápida y efectiva se vuelve imprescindible. La nueva normalidad que estamos enfrentando en todo el mundo ha generado una gran incertidumbre a nivel empresarial, llevado a muchas compañías a tener que reinventarse encontrando no solo nuevas maneras de venta, sino también de trabajo y administración. Y lo más recomendable en estos casos es no gastar toda la energía buscando respuestas afuera, donde todo se está moviendo. Es imprescindible iniciar desde adentro, apoyándose en los recursos humanos para establecer nuevas formas de trabajar que permitan reactivar a la empresa.
Es así como algunas metodologías están cobrando una relevancia muy importante. En esta ocasión hablaremos de la Gestión o Administración por Objetivos, mejor conocida por sus siglas APO.
La APO es una estrategia empresarial que consiste en motivar a los empleados fijando objetivos prácticos y alcanzables, ofreciendo recompensas cuando sean cumplidos. Este modelo administrativo no solo busca llegar a un objetivo final, sino que determina pequeñas metas para ir logrando resultados rápidos y eficaces. Es un método práctico a través del cuál la empresa se vuelve más efectiva ya que permite ir midiendo los logros alcanzados.
El término «administración por objetivos» fue acuñado por Peter Drucker en 1954. Era la época en la que la empresa privada en Estados Unidos sufría una fuerte presión debido a la depresión económica que siguió a la crisis de 1929. En su libro The Practice of Management, Drucker afirma que la cotidianidad lleva muchas veces a olvidar cuáles son los objetivos principales de las organizaciones disminuyendo con esto su productividad.
Uno de los conceptos básicos de esta estrategia establece que los responsables en los diferentes departamentos de la organización deben participar en el establecimiento de metas a la vez que involucran al personal a su cargo. Se ha demostrado que al establecer metas en conjunto los objetivos se cumplen con mayor eficacia.
Es decir, se trata de un sistema de planeación que traza los caminos y cómo recorrerlos, para que cada persona en la organización cumpla con sus objetivos, que en conjunto permitirán el cumplimiento de las metas propuestas.
De tal manera, y para hacer más práctico este sistema de gestión, surgió otro concepto: SMART. Se trata de un acrónimo que además de su significado – inteligente – es conformado por siglas de palabras que nos recuerdan las características inherentes de un objetivo.
Specific (específico)
Measurable (medible)
Achievable (alcanzable)
Result-oriented (orientado a resultados)
Time-limited (fecha límite de ejecución)
Así bien, fijando objetivos SMART se garantiza que todos los colaboradores se comprometan y realmente ofrezcan los resultados esperados.
¿Cómo lograr que una APO sea un estímulo y no un motivo de frustración?
1.- Es imprescindible que exista absoluta transparencia en la manera en que van a calcularse los resultados obtenidos. Es decir, nada debe quedar en la ambigüedad. No solamente debe ser específico el objetivo, también el proceso para llegar a este.
2.- Fijar objetivos reales y no sueños o deseos. Es decir, basarse en análisis reales para definir qué se puede y se debe lograr en un determinado periodo de tiempo.
3.- Responsabilizar al empleado sin importar su nivel para que se sienta parte importante de la empresa y de los resultados.
4.- Crear un canal de comunicación adecuado para mantener una retroalimentación constante entre Líderes-Personal-Líderes.
5.- Evaluar individualmente el desempeño y desarrollo de cada empleado para que este vaya teniendo conocimiento de sus resultados.
6.- Ofrecer motivaciones atractivas como lo pueden ser bonos económicos, capacitaciones o vacaciones extras.
La gestión por objetivos ofrece grandes ventajas:
– Al crear un buen canal de comunicación se mejora la relación entre directivos y subordinados, permitiendo que todos los empleados aporten ideas para el desarrollo de estrategias que permitan alcanzar los objetivos.
– La retroalimentación permite que se descubran deficiencias de manera más efectiva, reconociendo contratiempos y cambiando estrategias de ser necesario.
– En tanto los empleados son tomados en cuenta y se vuelven consientes de la importancia de su trabajo, la productividad aumenta al generar altos niveles de compromiso en el desempeño individual, lo que al final del camino reduce costos de operación.
– La evaluación constante permite conocer el desempeño profesional de los colaboradores, logrando con ello que cada uno asuma su responsabilidad o dándonos cuenta cuando no lo están haciendo.
– Al propiciar la integración de todos los empleados, el trabajo en equipo mejora considerablemente.
Hoy más que nunca es importante tener muy clara la Misión y la Visión de nuestras empresas, adaptándolas a los nuevos tiempos. En base a estas se fijan los objetivos generales y desde ahí, como en cascada, los objetivos de los diferentes departamentos y de cada uno de los colaboradores.
¿Cuáles son algunas razones que impiden que este sistema funcione?
– No fijar objetivos y metas con toda claridad
– No tener un método de evaluación justo y objetivo
– Que no se cuente con la dedicación y esfuerzo de todas las partes involucradas
-Tener un sistema de liderazgo autoritario y centralizado
– No tener un sistema de comunicación efectivo
Los nuevos tiempos están obligando a la adaptación, a encontrar nuevas soluciones, a escuchar otras opiniones. Hoy más que nunca es importante trabajar en equipo, en uno motivado y que ofrezca todo su esfuerzo por un bien común, como lo es mantener fuentes de empleo que garantizan la productividad de las empresas.
Por Diana Gabriela León