“Hasta la persona más pequeña, puede cambiar el curso del mundo.” Miguel de Cervantes, Don Quijote de la Mancha.
¿Cuántas nos hemos sentido inspiradas por crear un impacto o dejar un legado en este mundo? En realidad, ésa es la función del emprendedor, crear algo nuevo y transformar su entorno.
¿Pero qué sucede si nunca te cuestionaste o alguien te habló de tener un propósito?
Yo creí que vivía con un propósito o como decía el Don Quijote “con un encomendable ideal” que era: cambiar el mundo. Sin embargo, esto puede generar un idealismo frenético que nos lleve a sentirnos frustradas o culpables si no estamos creando ese gran impacto a la altura de la Madre Teresa de Calcuta. Porque típicamente hemos creído que existe un único propósito de vida y que, si no lo tienes o no lo alcanzas, tu vida ha sido un desperdicio ¿Cierto? ¿Qué pasaría si no existe un propósito como tal sino un potencial? Es decir, si existiera un solo propósito de vida predeterminado, esto iría en contra del libre albedrío.
Como experta en Liderazgo Emocional, me gusta invitarte a cuestionarte toda creencia porque el 99.9% de ellas, no las elegiste conscientemente, solo las imitaste. Si no existiera un solo propósito de vida, tenemos entonces el libre albedrío de elegir en qué queremos desarrollarnos plenamente, día a día y volverlo nuestro único propósito o prioridad y obtener máximos resultados (como dice Gary Keller en “The One Thing”) y con ello, tu mente y tus emociones son más plenas porque se enfocan en una sola cosa.
¡No quiero romper tus ilusiones! Sino abrirte a las posibilidades infinitas de esta vida y universo donde somos seres ilimitados. Por lo tanto, tú eliges en todo momento y en diversas etapas y circunstancias: tu propósito único y con ello, tu éxito garantizado. Porque el éxito no es la meta, sino el desarrollo pleno del ser en cada actividad que realiza.
Tu desarrollo pleno es aplicar todos tus talentos innhatos (autoconocimiento), virtudes (desarrollo personal) y potenciales (habilidades y mejora continúa) a cualquier cosa que en ese momento elijas como tu propósito. Esto es aprender a vivir aquí y ahora. Si en este momento eres madre y emprendedora, tu propósito podrá ser crear tu mejor versión de madre que es creativa, comprometida y entusiasta al desarrollar plenamente su área personal y profesional al mismo tiempo. Si en otro momento decides hacer voluntariado o estar simplemente con una persona querida, tu propósito es entregarte a con toda tu atención, escucha y paciencia para lograr un gran momento y brindar amor al otro.
Si dejamos a un lado la alta expectativa de un gran, apantallante y único ideal, abres las puertas a la libertad de sólo ser tú. Y como dice la frase inicial, en lo pequeño crear lo grande. La felicidad y el éxito están en los pequeños detalles del día a día.
Colaboradora: Aura Martínez / Terapeuta y Mentora en Liderazgo Emocional y Abundancia / Mail: aura@lideratuvida.mx / FB y Youtube: Lidera tu Vida / IG:@lideratuvida.mx