
Bien dicen que todo en esta vida tiene un precio, que la comodidad (entendida como la zona de confort) hoy puede ser económica en esfuerzo y mañana muy costosa. Cuando en realidad la comodidad debe ser la recompensa después de una vida de esfuerzo, trabajo y construcción.
Seguramente la mayoría de las que ahora me leen, tienen presente que el lugar profesionalmente hablando que hoy tienen ha tenido un costo, una inversión, pérdidas y ganancias. Pero sobre todo aprendizaje y adaptación constante.
En ocasiones iniciar un sueño, convertirlo en un proyecto y verlo hecho una realidad, es una labor que no muchas se atreven a construir, influenciadas por el temor al fracaso, por no considerar ser suficientemente capaces, por priorizar aquellas actividades diarias que consumen el tiempo y la creatividad… En fin, sea cual sea la razón, postergar tu vida será el precio más alto que puedas pagar al apagar tus sueños.
Así que por más argumentos u escusas que te pongas para no emprender o expandir tu negocio, nada te hará sentir más recompensada que ser congruente con lo que deseas.

Administrar el tiempo… En tiempos difíciles.
Hoy día, que de pronto la escuela y el trabajo se coló a la casa. Muchas tuvimos que renunciar, crear, inventar y buscar cualquier forma de equilibrar este nuevo mundo… Bajar sueldos, prescindir de gente valiosa, economizar, improvisar replantear…Encontrar el cómo resurgir.
Y para ello la administración adecuada y efectiva del tiempo es fundamental para lograr la productividad que esperamos. Detectar cuales, si son prioridades, categorizar las urgencias y eliminar distractores y la molesta procrastinación serán la clave principal.
La administración del tiempo es una estrategia para aprovechar el tiempo disponible, realizando las tareas con calidad en plazos reales, alcanzables e indicados. Esto sería indispensable aplicarlo primero a la vida personal antes que a la empresarial o de la mano, para lograr el equilibrio, pues es cierto que no podremos arreglar afuera lo que no tenemos en control adentro.
Es claro que este tema suele revisarse y profundizarse con mayor frecuencia en el ámbito laboral, pues es donde más comúnmente establecemos objetivos, estrategias y otros para alcanzar el crecimiento y el posicionamiento. Sin embargo, en el ámbito privado, también sería indispensable saber que esperamos y hacia donde dirigimos nuestra proyección de vida.
Asumir varias tareas de manera simultánea de forma súbita (como nos sucedió con la pandemia por Covid-19) introdujo también un profundo desequilibrio que hemos tenido que ajustar, algunas con más y otras con menos herramientas, pero que al final nos tiene pidiendo más horas al día, sintiendo culpa, frustración y más.
Por tanto, logremos la paz y la tranquilidad de aprender a implementar herramientas para administrar nuestras actividades, que también nos enseñe a elegir de forma más saludable que batallas tomar.
Pon en práctica las siguientes recomendaciones:
- Ten claridad de lo que tienes pendiente. Dado que nuestro cerebro solo puede enfocarse en tres o cuatro cosas a la vez, hacer un listado de pendientes te ayudará a tener más claridad sobre aquellas actividades pendientes de realizar.
- Asigna horarios para tus actividades (realistas para cada actividad) y busca que sean siempre en el mismo horario, procurando no tener distractores como redes sociales, u otros que estén en tu poder. (pero también busca momentos específicos para darte un descaso, distraerte o relajarte).
- También enlista tus distractores más frecuentes, y toma el tiempo que inviertes en estos. Recuerda que lo que no es medible, no es corregible.
- Organiza tus propios tiempos de entrega. La Ley de Parkinson estipula que “el trabajo se expande para llenar el tiempo disponible para terminarlo”. Esto implica que si no tienes un tiempo de entrega específico para una tarea, usarás tanto tiempo como quieras. Así que motívate para ganarle al reloj, evitando la procrastinación.
- Evita en lo posible el Multitasking. Aunque en ocasiones parece que avanzas más rápido habiendo varias cosas a la vez, puede llegar a suceder que pierdes el foco de alguna en particular u omites detalles importantes. Dividir la atención trae como resultado perder el tiempo, disminuir la calidad e incluso la productividad.
- Aprende a delegar. He leído y escuchado mucho en esta temporada de cuarentena la falta de apoyo por parte de la pareja y los hijos. Así que, igual que como coordinas en el trabajo, busca repartir las tareas y permitir que cada miembro de la familia asuma adecuadamente sus responsabilidades.
- Comienza tu día realizando aquellas actividades que te implican mayor atención, concentración y esfuerzo. Recuerda que somos seres diurnos (aunque exista quien se empeñe en autodenominarse nocturno) y la mayor lucidez la tenemos por la mañana. De esta forma dejarás las tareas más sencillas para la tarde y te sentirás con menos pesadez.
- Busca vivir, trabajar, compartir, crear y pensar siempre en un lugar ordenado y limpio. Esto hará que siempre sepas donde encontrar lo que necesitas y no perder el tiempo buscando archivos, productos, prendas u otros que formen parte de tu rutina diaria.
- Tomate un par de horas para revisar como si de un diario se tratará, que tantas actividades realizaste en el día y cuánto tiempo le invertiste a cada una, incluso el porcentaje de avance. Esto te ayudará a identificar sí realmente estas mal invirtiendo el tiempo o si realmente eres muy exigente contigo. Incluye todas tus esferas en ese listado, no por ser mamá dejas de ser Ceo, no por ser esposa dejas de ser mujer, mírate completa para que puedas hacerte justicia.
- Finalmente, para ser justa contigo, considera los alcances de tu productividad en el día, no las horas invertidas. Cada proyecto, cada área de tu vida y cada actividad requiere de una atención distinta. Lo importante es que estés cada vez más cerca del objetivo que deseas alcanzar.

Una vez que hayas implementado estos 10 puntos, veras como es más fácil no solo coordinar y lograr exitosamente tus diversas rutinas. Y podrás dar espacio a esos proyectos nuevos, emprendimientos y crecimiento.
No pagues el precio de la indecisión, de dejarte llevar por todo aquello que te abruma y no le ves fin. Pues incluso te puede ayudar a identificar si eso que debes hacer todos los días es lo que realmente quieres hacer de ti, personal y profesionalmente.
Construir o incrementar tu imperio te costará tiempo, esfuerzo, dinero, fracasos, aprendizaje, pero siempre será más barato pagar por la vida que elegiste que por aquella que te eligió.
Decide tú en que quieres invertir tu tiempo, decide tú, que harás cada día y comienza a equilibrar incluso tu estado de ánimo.
Sí quieres profundizar más te recomiendo revisar estas técnicas y adoptar la mejor se adapte a tu personalidad y estilo de vida.
- La caja de Eisenhower: Implementada por el ex presidente Dwight Eisenhower. Consiste en una matriz que te ayuda a clasificar las tareas según sus prioridades y el tiempo que debes invertir en ellas.
- Tablero Kanban: Es una forma sencilla de estructurar el progreso de tus tareas, creando columnas que representen las diferentes etapas de un proyecto para evaluar su avance.
- Top tres de las tareas por hacer: Consiste en escribir las tareas más importantes, priorizarlas y seleccionar el mejor momento para realizarlas. Es recomendable crearlas temprano para evitar ir a la cama pensando en el montón de actividades del siguiente día.
- Técnica pomodoro: Implica dividir tu jornada en pequeños tiempos de 25 minutos sin distracciones, y tomar un descanso de tres a cinco minutos en el primer pomodoro, en el segundo de 10 a 15 minutos, en el tercero 20 a 25 minutos para despejarte un poco.
Suhealy Sierra/ Psicóloga clínica y organizacional/ e-mail:
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